martes, 14 de julio de 2009

Cuento con valores para niños:" Bueno.... malo.... quien sabe"


Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una pequeña aldea en las montañas. Su único medio de subsistencia era el caballo que poseían, el cual alquilaban a los campesinos para roturar las tierras.

Todos los días, el hijo llevaba al caballo a las montañas para pastar. Un día, volvió sin el caballo y le dijo a su padre que lo había perdido. Esto significaba la ruina para los dos. Al enterarse de la noticia, los vecinos acudieron a su padre, y le dijeron: «Vecino, ¡qué mala suerte!» El hombre respondió: «Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!».

Al cabo de unos días, el caballo regresó de la montaña, trayendo consigo muchos caballos salvajes que se le habían unido. Era una verdadera fortuna. Los vecinos, maravilla­dos, felicitaron al hombre: «Vecino, ¡qué buena suerte!». Sin inmutarse, les respon­dió: «Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!»

Un día que el hijo intentaba domar a los caballos, uno le arrojó al suelo, partiéndose una pierna al caer. «¡Qué mala suerte, vecino!», le dijeron a su padre. «Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!», volvió a ser su respuesta.

Una mañana aparecieron unos soldados en la aldea, reclutan­do a los hombres jóvenes para una guerra que había en el país. Se llevaron a todos los muchachos, excepto a su hijo, incapacita­do por su pierna rota. Vinieron otra vez los aldeanos, diciendo: «Vecino, ¡qué buena suerte!». «Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!», contestó.

Dicen que esta historia continúa, siempre de la misma manera, y que nunca tendrá un final.

tomado de Sapiens.ya.com



tags: cuentos para niños, infantiles, historias, relatos, valores,

sábado, 6 de junio de 2009

Cuento infantil: SAMANTHA la niña sin pelo.



Erase una vez una niña que se llamaba Samantha que vivía sola y muy triste porque su cabecita no tenía un solo pelo a consecuencia de un incendio en el que perdió a toda su familia.
Todos sus amigos se burlaban de ella, así que decidió ponerse un sombrero y no sacárselo nunca.
Un día estaba caminando por el parque, cuando empezó a soplar un viento terrible y para mala suerte su sombrero voló muy lejos. Trató de alcanzarlo pero el viento era tan fuerte que el sombrero desapareció.
Se sentó en una banca a llorar, tapándose la cabeza con las manos; estaba así largo rato, cuando de pronto pasó por allí una viejecita de aspecto amable, que al ver a la niña llorar le preguntó que le pasaba.
La niña no quería contar a nadie su problema, pero la viejecita al ver que la niña no tenía pelo y había mucho viento le dijo: “yo se que tienes frío, cúbrete la cabeza con este pañuelo y cuéntame por que lloras.
La niña al ver la amabilidad de la señora le contó su historia, la viejita quien no era otra cosa que un ángel terrenal, la escuchó muy atenta y se compadeció de ella y le dijo: Mira pequeña yo también sufro mucho, ya nadie toma en cuenta a las viejecitas y no saben que todavía uno se siente joven y eso me hace sufrir. Tú has confiado en mí y me has contado lo que te pasa así que te voy a ayudar.
Tengo un abrigo que te va a quedar muy bien y es mágico y te puede conceder hasta tres deseos, como es muy pequeño a mi no me queda y lo guardaba como un tesoro.
La niña se puso muy contenta pero como era muy desconfiada le dijo a la viejita que lo trajera, que ella esperaría allí. Y así fue, la viejita regresó trayéndole el abrigo.
Samantha se puso el abrigo que le quedaba de maravilla y, lo primero que pidió es tener una linda cabellera y, en menos de un minuto le creció un lindo cabello. Samantha se puso muy feliz y abrazó a la viejita y le dijo que el segundo deseo que iba a pedir era para la señora, quería que sea feliz y que reemplace a su madre que perdió en el incendio. A la viejita le gustó la idea, y después que la niña pidió el deseo se convirtió en una señora igualita a su mama.
El tercer y último deseo tenía que pedirlo con mucho cuidado, no lo podía desperdiciar y tenía que pedirlo pronto porque la magia solo duraba una hora.
Pensó y lo pensó y lo que necesitaba era tener dinero para poder estudiar y después trabajar para tener una vida decente para velar por esta buena señora que la había ayudado tanto.
Y así fue, se le concedieron los 3 deseos y fue muy feliz, y ….colorín colorado este cuento se ha acabado…..

(Maria Luz Novoa)
tags: cuentos infantiles, cuentos para niños, relatos, historias, valores,

martes, 12 de mayo de 2009

Cuentos infantiles: José Miguel y Ana Sofía en el campo




Había una vez 2 hermanitos que se llamaban José y Sofía que vivían en el campo y se querían mucho.

Todos los días después de ayudar a su mama en los quehaceres de la casa, salían a jugar.

Un día estaban jugando a las escondidas y mientras José buscaba y buscaba a su hermana, sintió el llanto de una niña; pensando que era Sofía, miró por donde venia el llanto y encontró una casita pequeña casi totalmente cubierta por las plantas.

Miró por un agujero y vio a una niña muy linda que no dejaba de llorar. En ese momento llegó Sofía que también había escuchado a la niña y con su ayuda José logró subirse hasta una ventana que tenia barrotes. La niña lloraba sin cesar. José que era muy bueno le preguntó porque lloraba. La niña entre lágrimas les contó que se llamaba Daniela y que estaba allí porque un hombre y una mujer la habían llevado a ese lugar donde le iban a dar muchos caramelos y no la dejaban salir, llevaba allí unos días. Les dijo también que en ese momento estaba sola porque el hombre y la mujer habían salido. José y Sofía sin pensarlo dos veces decidieron ayudarla.

Lo primero que hicieron fue ir a su casa y avisar a sus padres. Pero antes dejaron señales para poder regresar sin dificultad.

Al enterarse los padres de los niños lo que había sucedido, decidieron llamar a la policía, éstos no tardaron en llegar. Guiados por José y Sofía llegaron al lugar y allí encontraron a la niña que todavía seguía llorando. Pero gran sorpresa esa niña que se llamaba Danielita, había sido secuestrada días antes y toda la policía la había estado buscando.

Los policías decidieron tomar presos a estos delincuentes; así que se escondieron y cuando regresaban los fascinerosos los tomaron prisioneros y los llevaron a la cárcel. Mientras tanto dieron aviso a los padres de Danielita que presurosos llegaron y encontraron a su adorada hijita sana y salva

José y Sofía se hicieron muy amigos de Daniela y esta niña nunca mas volvió a hablar con desconocidos y menos aun si le ofrecían regalarle caramelos o juguetes y…… Colorín colorado este cuento ha terminado .
Escrito por Maria Luz Novoa.
tags: cuentos infantiles, cuentos para niños, relatos, historias, valores,

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