martes, 10 de noviembre de 2009

Cuento infantil: El regalo mágico del conejito pobre


Hubo una vez en un lugar una época de muchísima sequía y hambre para los animales. Un conejito muy pobre caminaba triste por el campo cuando se le apareció un mago que le entregó un saco con varias ramitas."Son mágicas, y serán aún más mágicas si sabes usarlas" El conejito se moría de hambre, pero decidió no morder las ramitas pensando en darles buen uso.

Al volver a casa, encontró una ovejita muy viejita y pobre que casi no podía caminar."Dame algo, por favor", le dijo. El conejito no tenía nada salvo las ramitas, pero como eran mágicas se resistía a dárselas. Sin embargó, recordó como sus padres le enseñaron desde pequeño a compartirlo todo, así que sacó una ramita del saco y se la dió a la oveja. Al instante, la rama brilló con mil colores, mostrando su magia. El conejito siguió contrariado y contento a la vez, pensando que había dejado escapar una ramita mágica, pero que la ovejita la necesitaba más que él. Lo mismo le ocurrió con un pato ciego y un gallo cojo, de forma que al llegar a su casa sólo le quedaba una de las ramitas.
Al llegar a casa, contó la historia y su encuentro con el mago a sus papás, que se mostraron muy orgullosos por su comportamiento. Y cuando iba a sacar la ramita, llegó su hermanito pequeño, llorando por el hambre, y también se la dió a él.

En ese momento apareció el mago con gran estruendo, y preguntó al conejito ¿Dónde están las ramitas mágicas que te entregué? ¿qué es lo que has hecho con ellas?
El conejito se asustó y comenzó a excusarse, pero el mago le interrumpió diciendo ¿No te dije que si las usabas bien serían más mágicas?. ¡Pues sal fuera y mira lo que has hecho!
Y el conejito salió temblando de su casa para descubrir que había pasado con sus ramitas, y vió que todos los campos de alrededor se habían convertido en una maravillosa granja llena de agua y comida para todos los animales!!
El conejito se sintió muy contento por haber obrado bien, y porque la magia de su generosidad había devuelto la alegría a todos
. Y colorin colorado este cuento se ha acabado.

( Pedro Pablo Sacristán)
cuentos para niños, infantiles, educativos,

viernes, 16 de octubre de 2009

Cuento para niños: El gran milagro


En un precioso y frondoso árbol nació un alegre y risueño gusanito llamado Nano. Un habitante que dio mucho de que hablar en el bosque.
Es que desde que nació, Nano siempre se ha portado distinto de los demás gusanos. Caminaba más despacio que una tortuga, tropezaba en casi todas las piedras que encontraba por delante, y cuando intentaba cambiar de hojas......¡qué desastre!....siempre se caía. Por esa razón, la colonia de los gusanos le llamaba de gusanito torpecillo.

A pesar de las burlas de sus compañeros, Nano mantenía siempre su buen humor. Y se divertía mucho con su torpeza. Pero un día, llegado el otoño, mientras Nano se daba un paseo por los alrededores, una gran nube cubrió rápidamente todo el cielo, y una gran tormenta se cayó. Nano, que no tubo tiempo de llegar a su casa, intentó abrigarse en una hoja, pero de ella se resbaló y acabó cayéndose al suelo, haciéndose mucho daño. Había roto una de sus patitas, y se había quedado cojo. Pobre gusanito... torpecillo y cojo.

Agarrado a una hoja, Nano empezó a llorar. Es que ya no podía jugar, ni irse de paseo, ni caminar... Pero, una noche, cuando Nano estaba casi dormido, una pequeña luz empezó a volar a su alrededor. Primero, pensó que sería una luciérnaga, pero la luz empezó a crecer y a crecer... y de repente, se transformó en un hada vestida de color verde. Nano, asustado, le preguntó: - Quién eres tú? Y le dijo la mujer: - Soy un hada y me llamo naturaleza. - Y porque estas aquí? Preguntó Nano. - He venido para decirte que cuándo llegue la primavera, ocurrirá un milagro que te hará sentir la criatura mas feliz y libre del mundo. Explicó el hada. - Y ¿qué es un milagro? Continuó Nano. - Un milagro es algo ¡extraordinario, estupendo, magnífico!...... Explicó el hada y, enseguida desapareció.

El tiempo pasó y llegó el invierno. Pero Nano no ha dejado de pensar en lo que había dicho el hada. Ansioso por la llegada de la primavera, Nano contaba los días, y así se olvidaba de su problemita.
Con el frío, todos los gusanos empezaron, con un hilillo de seda que salía de sus bocas, a tejer el hilo alrededor de su cuerpo hasta formar un capullo, o sea, una casita en la que estarían encerrados y abrigados del frío, durante parte del invierno. Al cabo de algún tiempo, había llegado la primavera. El bosque se vistió de verde, las plantas de flores, y finalmente ocurrió lo que el hada había prometido... ¡El gran milagro!

Después de haber estado dormido en su capullo durante todo el invierno, Nano se despertó. Con el calor que hacía, el capullo se derritió y Nano finalmente pudo conocer el milagro. Nano no solo se dio cuenta de que caminaba bien, sino que también tenía unas alas multicolores que se movían y le hacían volar.. Es que Nano había dejado de ser gusano y se había convertido en una mariposa feliz, y que ya no cojeaba.
FIN
tomado de guia infantil.com
cuentos infantiles, cuentos para niños, educativos, mariposas

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