miércoles, 9 de marzo de 2011

Juegos infantiles para que los niños se entretengan en casa y tu puedas descansar



Parece difícil entretener a los niños sin salir de casa, pero hay muchas opciones. Estos juegos infantiles les encantará a los niños y tú podras descansar.

Una buena idea para que tus hijos se diviertan y tú no termines agotada consiste en turnarte con algunas vecinas que tengan hijos con edades similares a las de los tuyos y reunir a los niños cada tarde en una casa. Así todas podréis descansar algún día. A los que tienen entre 3 y 5 años les encantarán estas actividades.



PASARELA DE MODELOS


Mete en un baúl prendas viejas de ropa de toda la familia y muchos accesorios (collares, guantes, sombreros...). Diles que se lo vayan probando todo y hazles una sesión de fotos con los modelitos que se vayan poniendo.


TEATRO DE TÍTERES
Usa tres marionetas de mano (el malo, el bueno y la princesa) y un sofá tras el que esconderte. Inventa una historia sencilla y pon voz a los personajes. Poco a poco los niños se irán involucrando en la historia y cuando la princesa despistada les pregunte: "¿Habéis visto al malo?", ellos contestarán nerviosos: "¡Está detrás de ti!".


VUESTRA PELÍCULA
Invéntate un cuento corto, disfraza a los niños y proponles que lo escenifiquen mientras tú los grabas en vídeo. Luego les entusiasmará verse en la tele e incluso discutirán sobre quién será el protagonista del cuento siguiente.


SOMOS JARDINEROS
Coge un recipiente de plástico, mete una esponja y empápala de agua. Coloca encima granitos de maíz y deja el recipiente al lado de una ventana a la que dé el sol. Riega la esponja a menudo y en unos cuantos días (la próxima vez que los peques se reúnan en tu casa) saldrán brotes.


VAMOS DE PESCA
Con un palo, un hilo y un pequeño alambre doblado en forma de anzuelo, fabrica una caña para "pescar" los juguetes del suelo. Puedes hacer varias cañas, para que jueguen todos los niños a la vez o, si no son muchos, enseñarles a usar la caña por turnos.


UN ÁRBOL GENEALÓGICO
Buscad fotos de abuelos, tíos, primos y hermanos, coged una cartulina grande e id pegando las fotos por orden, poniendo debajo el nombre, el parentesco y alguna anécdota divertida. Colocad primero a los abuelos, luego a los padres y a los tíos, después los primos... y por último, la foto de cada niño protagonista, que será la más grande.


HORA DE IR A LA PELUQUERÍA
Una silla, una sábana, un espejo, un cepillo, unos rulos, unas redecillas para el pelo, horquillas, coleteros y unos cuantos collares de bisutería bastan para montar un salón de profesional.


ANDANDO COMO PINGÜIN0
Coge a un niño, coloca sus pies sobre los tuyos y ve andando despacito con él, a la vez que vas diciendo "plaf, plaf", como si fueras un pingüino. Ahora le toca el turno al niño siguiente.



GLOBOS QUE NO TOCAN EL SUELO
Infla varios globos, da uno a cada niño (de un color diferente, para que no le armen un lío) y explícales que tendrán que lanzarlo al aire e ir dándole golpecitos para que no toque el suelo. Pierde el que lo deje caer.


BUSCAR PAREJAS
Haz parejas de objetos y pon una muestra de cada una en el suelo para que los niños las observen. Mete las parejas en una bolsa opaca y pide a los pequeños, por turnos, que cojan un objeto del suelo y busquen su pareja palpando dentro de la bolsa, sin mirar.

Además de recurrir a todas estas actividades, no te olvides de que los juegos de mesa son una opción muy interesante para conseguir que los niños la pasen bien con la familia o los amigos.



viernes, 4 de marzo de 2011

Pequeña canción para entretener al bebe

PICA PICA POLLITO
SAL DE TU CASCARON
VEN A COMER TRIGUITO
VEN A TOMAR EL SOL

QUE LINDO POLLITO
DEL HUEVO SALIO
TAN AMARILLITO
PARECE UN LIMON

lunes, 14 de febrero de 2011

La historia del arbol de manzanas




Este era un enorme árbol de manzanas al cual un niño amaba mucho. Todos los días jugaba a su alrededor, trepaba hasta el tope, comía sus frutos y tomaba la siesta bajo su sombra. El árbol también lo quería mucho.
Pasó el tiempo, el niño creció y no volvió a jugar alrededor del árbol. Un día regresó y escuchó que este le decía con cierta tristeza: - ¿Vienes a jugar conmigo?
Pero el muchacho contestó: - Ya no soy el niño de antes que juega alrededor de los árboles. Ahora quiero tener juguetes, y necesito dinero para comprarlos.
- Lo siento -dijo el árbol-. No tengo dinero, pero te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas; así podrás comprar tus juguetes.
El muchacho tomó las manzanas, obtuvo el dinero y se sintió feliz. También el árbol fue feliz, pero el muchacho no volvió. Tiempo después, cuando regresó, el árbol le preguntó: - ¿Vienes a jugar conmigo?
- No tengo tiempo para jugar; debo trabajar para mi familia y necesito una casa para mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?
- Lo siento -repuso el árbol-. No tengo una casa, pero puedes cortar mis ramas y construir tu casa.
El hombre cortó todas las ramas del árbol, que se sintió feliz, y no volvió. Cierto día de un cálido verano, regresó. El árbol estaba encantado. - ¿Vienes a jugar conmigo? -le preguntó.
- Me siento triste, estoy volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar, ¿puedes dármelo?
El árbol contestó: - Usa mi tronco para construir uno; así podrás navegar y serás feliz.
El hombre cortó el tronco, construyó su bote y se fue a navegar por un largo tiempo. Regresó después de muchos años y el árbol le dijo:
- Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte, ni siquiera manzanas.
El hombre replicó: - No tengo dientes para morder ni fuerzas para escalar, ya estoy viejo.
Entonces el árbol, llorando, le dijo: - Realmente no puedo darte nada. Lo único que me queda son mis raíces muertas.
Y el hombre contestó: - No necesito mucho ahora, sólo un lugar para reposar. Estoy cansado después de tantos años...
- Bueno -dijo el árbol-, las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa.
El hombre se sentó junto al árbol y este, alegre y risueño, dejó caer algunas lágrimas.
Esta es la historia de cada uno de nosotros: el árbol son nuestros padres. De niños, los amamos y jugamos con ellos. Cuando crecemos los dejamos solos; regresamos a ellos cuando los necesitamos, o cuando estamos en problemas. No importa lo que sea, siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Usted puede pensar que el muchacho es cruel con el árbol, pero ¿no es así como tratamos a veces a nuestros padres?

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