domingo, 4 de enero de 2015

Canción de la abuela EL SEÑOR DON GATO



EL SEÑOR DON GATO

Estaba el señor don gato,
estaba el señor don gato
en silla de oro sentado,
miau. miau, mirrimiau,
en silla de oro sentado,
calzando medias de seda
y zapatito dorado,
cuando llegó la noticia
que había de ser casado
con una gatita parda
hija de un gato romano.
El gato, con la alegría 
subió a bailar al tejado
más con un palo le dieron,
 y,rodando, vino hacia abajo.
Se rompió siete costillas
y la puntita del rabo.
Llamaron a los doctores,
médicos y cirujanos;
mataron siete gallinas
y le dieron de aquel caldo.
Le llevaron a enterrar
al pobrecito don gato,
y le llevaban en hombros
cuatro gatos colorados.
Sobre la cajita iban
siete ratones bailando
al ver que se había muerto
aquel enemigo malo.

(Autor desconocido)

jueves, 11 de diciembre de 2014

Hermoso cuento de abuelos: Las arrugas




Era un día soleado de otoño la primera vez que Bárbara se fijó en que el abuelo tenía muchísimas arrugas, no sólo en la cara, sino por todas partes.
- Abuelo, deberías tener la crema de mamá para las arrugas.
El abuelo sonrió, y un montón de arrugas aparecieron en su cara.
- ¿Lo ves? Tienes demasiadas arrugas
- Ya lo sé Bárbara. Es que soy un poco viejo... Pero no quiero perder ni una sola de mis arrugas. Debajo de cada una guardo el recuerdo de algo que aprendí.
A Bárbara se le abrieron los ojos como si hubiera descubierto un tesoro, y así los mantuvo mientras el abuelo le enseñaba la arruga en la que guardaba el día que aprendió que era mejor perdonar que guardar rencor, o aquella otra que decía que escuchar era mejor que hablar, esa otra enorme que mostraba que es más importante dar que recibir o una muy escondida que decía que no había nada mejor que pasar el tiempo con los niños...
Desde aquel día, a Bárbara su abuelo le parecía cada día más guapo, y con cada arruga que aparecía en su rostro, la niña acudía corriendo para ver qué nueva lección había aprendido. Hasta que en una de aquellas charlas, fue su abuelo quien descubrió una pequeña arruga en el cuello de la niña:
- ¿Y tú? ¿Qué lección guardas ahí?
Bárbara se quedó pensando un momento. Luego sonrió y dijo
- Que no importa lo viejito que llegues a ser abuelo, porque.... ¡te quiero!


 
Tomado de Cuentosparadormir.com

martes, 25 de noviembre de 2014

Poema La abuelita





LA ABUELITA

Aunque parece en su sillón dormida,
la abuela está evocando suavemente
los lejanos recuerdos de su vida.
¡Oh, cómo la contempla enamorada,
(mientras apoya la cabeza blanca
en la nudosa mano fatigada)
la nieta!, y se aproxima, observa franca,
y risueña; después, con dulce acento
del amoroso visionar la arranca:
¿ Hoy no me dices abuelita un cuento?
La abuela piensa. Pasa en la memoria
un cuento, y otro cuento, y otro cuento.
Refiere Barba Azul, sigue la historia
de Alí Babá; desfila el atrevido
Pulgarcito soñando con la gloria...
Las diez canta el reloj. Mezcla el tañido
en el relato  su melancolía.
La nieta, poco a poco, se ha dormido...
y la abuelita cuenta todavía.

( Por E. Turini.)

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