En un pueblo pequeño había una vez una familia muy querida compuesta por el papá, la mamá y 4 hijas.Las niñas eran muy educadas y les encantaba jugar con animales de peluche. Las mayor tenía 12 años, la segunda, 10, la tercera 8 y la última llamada Carmen tenía 6 años. Eran unas niñas muy buenas y ayudaban a su mamá en los quehaceres de la casa.
Un día el sol salió desde muy temprano y todas ellas se levantaron muy contentas porque era el día del cumpleaños de su mejor amiga llamada Anita, y esperaban que sea las 4 de la tarde para ir a la fiesta y saludarla.
Llegó la hora y todas muy bien vestidas fueron al cumpleaños. Después de saludar a su amiga y darle su regalo, fueron a jugar muy contentas con su amiga y las demás niñas invitadas.
A eso de las 7 pm la mamá fue a recogerlas y llevarlas a casa. Todo había salido muy bien.
Pero cuando estaban por llegar a casa, la mamá notó algo raro en el comportamiento de Carmen la niña de 6 años. Notó que debajo de su abrigo la niña escondía algo que aprisionaba con sus manos, le preguntó que tenía allí y la niña con voz temblorosa le dijo que no tenía nada. Pero la mamá que la conocía muy bien se dio cuenta que mentía, así que le abrió el abrigo y con gran sorpresa vio que tenía un oso de peluche que no era de ella, se lo había traído de la casa de su amiga . La mamá enojada le llamó la atención explicándole que eso no estaba bien, que eso era robar y que debían regresarn inmediatamente a casa de la amiga para devolverlo. Así lo hicieron. Al llegar Carmencita pidió hablar con su amiga y le explicó que se había traído el oso porque le gustó mucho pero que por favor la perdone porque nunca mas lo volvería a hacer. Esta fue una prueba muy grande, pero sirvió, porque Carmen aprendió la lección y nunca mas se llevó nada a casa sin permiso.
Este tipo de actitudes de no consentir ni por una sola vez que los niños se adueñen de cosas por mas insignificante que sean sin permiso, les enseña a ser honrados y personas de bien como lo fueron las 4 hermanas que ahora ya son unas señoritas muy correctas. Y colorín colorado este cuento ha terminado.
(Maria Luz Novoa)