jueves, 30 de diciembre de 2010

"¿Qué edad tienes abuela?

Una tarde un nieto estaba charlando con su abuela sobre los acontecimientos actuales.
Entonces, el niño preguntó:
¿Qué edad tienes abuela"?
La abuela respondió
Bueno, déjame pensar un minuto....

Nací antes de la televisión, las vacunas contra la polio,
las comidas congeladas, las fotocopiadoras, el fax,
los lentes de contacto, la píldora anticonceptiva y el freesbee.

No existían el radar, las tarjetas de crédito, el rayo láser,
los teléfonos celulares, o los patines en línea.

No se había inventado el aire acondicionado,
los hornos de microhondas, las lavavajillas, las secadoras,
y las prendas se ponian a secar al aire fresco,
se usaban batanes (molcajetes) y no licuadoras.

"Gay" era una palabra respetable en inglés
que significaba una persona contenta, alegre y no homosexual,
al que cariñosamente llamábamos "loca".
De lesbianas nunca habíamos oido hablar y ni los muchados usaban aretes.

Conocíamos la diferencia entre los sexos pero a nadie se le ocurría cambiar el suyo, nos conformábamos con el que teníamos

No había mujeres peluqueras, ni estéticas unsex, ni tampoco policia femenina.

SIDA no significaba nada, aids en inglés  era un ayudante de oficina.

No se hacían citas ni se concertaban matrimonios por computadora.

Tu abuelo y yo nos casamos y despues vivimos juntos
y en cada familia había un papa y una mamá.

El hombre todavía no había llegado a la luna
y no existían los aviones de propulsión a chorro para pasajeros.

No se hacían transplantes de corazón, se remendaban calcetines no corazones,y se destapaban caños no arterias.

Nací antes de la computadora, los virus provocaban viruelas,
más no desaparecian archivos.

"Chip" significaba un pedazo de madera
"hardware" era la ferretería y el software no existía.

No habían las dobles carreras universitarias, ni estrés, ni traumas prenatales, ni psicologos.

Se jugaba al trompo, a las canicas, no al nintendo.

Hasta que cumplí 25, llamé a cada policía y a cada hombre "señor" y a cada mujer "señora" o "señorita".

Tener una relación era llevarse bien con los primos o simplemente tener una amistad.

En mis tiempos, la virginidad no producía cáncer.

Nuestras vidas estaban gobernadas por los 10 mandamientos, el buen juicio
y el sentido común. Nos enseñaron a diferenciar entre el bien y el mal y a ser responsables de nuestros actos.

Creíamos que la comida rápida era lo que la gente comía cuando estaba apurada.

Hablando de máquinas, no existian los cajeros automáticos, las máquinas de helado en  las tiendas, los radioreloj despertador, para no hablar de los videos cassettes ni las filmadoras de video.

Si en algo decía: "Made in Japan" se le consideraba una porquería y no existía "Made in Korea" no "Made in Taiwan"

No se había oido de Pizza Hut, MacDonalds, ni de Fast food ni el video bar o discotecas.

La salsa era un condimento no se bailaba.

No había el café instantáneto ni los endulzantes artificiales.

Se podía comprar un Chevrolet Coupé nuevo por 600 dolares (Pero quién los tenía!)

Costaba 30 centavos el litro de gasolina y un solo auto era suficiente para toda la familia.

Había tiendas donde se compraban cosas por 5 y 10 centavos, los helados, las llamadas telefónicas, los pasajes de autobus y la pepsi, todo costaba 10 centavos.

En mi tiempo "hierba" era algo que se cortaba, no se fumaba, "coca" era una gaseosa y no se inhalaba y música de rock era lo que hacía la mecedora de la abuela.

Las conejitas eran simplemente unos animalitos y los escarabajos no eran volkswagens.

Fuimos la última generación que creyó que una señora necesitaba un marido para tener un hijo.

Ahora dime: ¿Cuántos años crees que tengo?

El chico respondió: " más de cien! ?





Autor: Anónimo

lunes, 27 de diciembre de 2010

Letra de canciones para niños




Tengo una muñeca

Tengo una muñeca
vestida de azul
con su camisita
y su canesú
la saqué a paseo
se me constipó
la tengo en la cama
con mucho dolor.
Esta mañanita
me dijo el doctor
que le dé jarabe
con un tenedor.
Esos son los besos
que te voy a dar
para que mejores
y puedas pasear
Dos y dos son cuatro,
cuatro y dos son seis,
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis.
Y ocho, veinticuatro
y ocho, treinta y dos.

Animas benditas,
me arrodillo yo.
Tengo una muñeca
vestida de azul,
zapatitos blancos
y gorro de tul,
la llevé a pasear
se me constipó,
la tengo en la cama
con un gran dolor.
Dos más dos son cuatro,
cuatro y dos son seis.
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis
y ocho veinticuatro
y ocho treinta y dos,
estas son las cuentas
que he sacado yo.


Que llueva, que llueva

Que llueva, que llueva,
la Virgen de la Cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan
que sí, que no,
que caiga un chaparrón
con azúcar y turrón,
que se rompan los cristales
de la estación
y los míos no
porque son de cartón

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cuento de Navidad: La niña de los fósforos

La niña de los fósforos
[Cuento infantil. Texto completo]
Hans Christian Andersen


¡Qué frío hacía!; nevaba y comenzaba a oscurecer; era la última noche del año, la noche de San Silvestre. Bajo aquel frío y en aquella oscuridad, pasaba por la calle una pobre niña, descalza y con la cabeza descubierta. Verdad es que al salir de su casa llevaba zapatillas, pero, ¡de qué le sirvieron! Eran unas zapatillas que su madre había llevado últimamente, y a la pequeña le venían tan grandes, que las perdió al cruzar corriendo la calle para librarse de dos coches que venían a toda velocidad. Una de las zapatillas no hubo medio de encontrarla, y la otra se la había puesto un mozalbete, que dijo que la haría servir de cuna el día que tuviese hijos.
Y así la pobrecilla andaba descalza con los desnudos piececitos completamente amoratados por el frío. En un viejo delantal llevaba un puñado de fósforos, y un paquete en una mano. En todo el santo día nadie le había comprado nada, ni le había dado un mísero chelín; volvíase a su casa hambrienta y medio helada, ¡y parecía tan abatida, la pobrecilla! Los copos de nieve caían sobre su largo cabello rubio, cuyos hermosos rizos le cubrían el cuello; pero no estaba ella para presumir.


En un ángulo que formaban dos casas -una más saliente que la otra-, se sentó en el suelo y se acurrucó hecha un ovillo. Encogía los piececitos todo lo posible, pero el frío la iba invadiendo, y, por otra parte, no se atrevía a volver a casa, pues no había vendido ni un fósforo, ni recogido un triste céntimo. Su padre le pegaría, además de que en casa hacía frío también; sólo los cobijaba el tejado, y el viento entraba por todas partes, pese a la paja y los trapos con que habían procurado tapar las rendijas. Tenía las manitas casi ateridas de frío. ¡Ay, un fósforo la aliviaría seguramente! ¡Si se atreviese a sacar uno solo del manojo, frotarlo contra la pared y calentarse los dedos! Y sacó uno: «¡ritch!». ¡Cómo chispeó y cómo quemaba! Dio una llama clara, cálida, como una lucecita, cuando la resguardó con la mano; una luz maravillosa. Le pareció a la pequeñuela que estaba sentada junto a una gran estufa de hierro, con pies y campana de latón; el fuego ardía magníficamente en su interior, ¡y calentaba tan bien! La niña alargó los pies para calentárselos a su vez, pero se extinguió la llama, se esfumó la estufa, y ella se quedó sentada, con el resto de la consumida cerilla en la mano.


Encendió otra, que, al arder y proyectar su luz sobre la pared, volvió a ésta transparente como si fuese de gasa, y la niña pudo ver el interior de una habitación donde estaba la mesa puesta, cubierta con un blanquísimo mantel y fina porcelana. Un pato asado humeaba deliciosamente, relleno de ciruelas y manzanas. Y lo mejor del caso fue que el pato saltó fuera de la fuente y, anadeando por el suelo con un tenedor y un cuchillo a la espalda, se dirigió hacia la pobre muchachita. Pero en aquel momento se apagó el fósforo, dejando visible tan sólo la gruesa y fría pared.


Encendió la niña una tercera cerilla, y se encontró sentada debajo de un hermosísimo árbol de Navidad. Era aún más alto y más bonito que el que viera la última Nochebuena, a través de la puerta de cristales, en casa del rico comerciante. Millares de velitas, ardían en las ramas verdes, y de éstas colgaban pintadas estampas, semejantes a las que adornaban los escaparates. La pequeña levantó los dos bracitos... y entonces se apagó el fósforo. Todas las lucecitas se remontaron a lo alto, y ella se dio cuenta de que eran las rutilantes estrellas del cielo; una de ellas se desprendió y trazó en el firmamento una larga estela de fuego.


«Alguien se está muriendo» -pensó la niña, pues su abuela, la única persona que la había querido, pero que estaba muerta ya, le había dicho-: Cuando una estrella cae, un alma se eleva hacia Dios.


Frotó una nueva cerilla contra la pared; se iluminó el espacio inmediato, y apareció la anciana abuelita, radiante, dulce y cariñosa.


-¡Abuelita! -exclamó la pequeña-. ¡Llévame, contigo! Sé que te irás también cuando se apague el fósforo, del mismo modo que se fueron la estufa, el asado y el árbol de Navidad. Se apresuró a encender los fósforos que le quedaban, afanosa de no perder a su abuela; y los fósforos brillaron con luz más clara que la del pleno día. Nunca la abuelita había sido tan alta y tan hermosa; tomó a la niña en el brazo y, envueltas las dos en un gran resplandor, henchidas de gozo, emprendieron el vuelo hacia las alturas, sin que la pequeña sintiera ya frío, hambre ni miedo. Estaban en la mansión de Dios Nuestro Señor.


Pero en el ángulo de la casa, la fría madrugada descubrió a la chiquilla, rojas las mejillas, y la boca sonriente... Muerta, muerta de frío en la última noche del Año Viejo. La primera mañana del Nuevo Año iluminó el pequeño cadáver, sentado, con sus fósforos, un paquetito de los cuales aparecía consumido casi del todo. «¡Quiso calentarse!», dijo la gente. Pero nadie supo las maravillas que había visto, ni el esplendor con que, en compañía de su anciana abuelita, había subido a la gloria del Año Nuevo.


FIN

lunes, 13 de diciembre de 2010

Adivinanzas para los niños





Les gustan las adivinanzas? Aquí  doy algunas para que las cuenten a los amigos:

Es chiquito y redondo y no tiene fondo

*Un anillo

Oro parece, plata no es ¿que es?

*El platano

Una tablita en una cuevita que en secas y aguas esta mojadita.

*La lengua

Es larga y colorida tiene números y es tu amiga. ¿Qué es?

*La Regla

Alto alto como un pino, pesa menos que un comino.

*El humo

Adivina quién soy: cuanto más lavo, más sucia voy.
*El agua

No soy nada y tengo nombre, siempre ire pegada a ti, asi seas mujer u hombre nunca te escaparas de mi, ¿Quien soy?
La sombra

Abierta siempre estoy para todos los niños.
Cerrada y triste me quedo los domingos.
La Escuela

En medio del mar hay una negrita,
no come ni bebe y siempre está gordita.
La letra A

Unas son redondas,otras ovaladas,
unas piensan mucho,otras casi nada.
La Cabeza

Este banco está ocupado por un padre y por un hijo.
El padre se llama Juan el hijo ya te lo he dicho.
Esteban



viernes, 10 de diciembre de 2010

Chistes para niños

  • ¿Como se dice en japonés ?piloto de avión?? Popoko Memato
  • ¿Cómo se dice en chino ?espejo?? Aitoilló.
  • ¿Como se dice en alemán ?el perro se come una rosquilla?? Troski Maska Roska
  • ¿Cómo se dice en árabe ?escopeta?? Allaba Labala.
  • ¿Cómo se dice en japonés ?ladron?? Yokito Tumoto
  • - Mamá mamá, en la escuela me dicen boca grande.....
    - Ay! hijo, no hagas caso. Ahora trae la pala que tengo que darte el jarabe.
  • - Mamá mamá, en el colegio me llaman extraterrestre
    - Anda, no hagas caso hijo y vete a lavarte las cinco manos.
  • -¡Mama, mama! ¿Las aceitunas negras caminan?
    - Pues no, hijo.
    - ¡Pues entonces me he comido una cucaracha!
  • Van dos granos de arena por el desierto y le dice uno a otro: ¡Creo que nos están siguiendo!
  • ¿Sabes cómo dejar a un tonto intrigado?...¡¿No?! ¡¡Mañana te lo cuento!!
  • ¿Que puede ser peor que encontrarse un gusano en una manzana?
    -Encontrarse medio

Algo para recordar


Se acuerdan de...
1.- Aquel tiempo, cuando las decisiones importantes se tomaban con un infalible
De tin marin.. de do pingüé?....
2- Jugar a la gallinita ciega



2.- Cuando se podían detener las cosas que se complicaban con un firme...
"Chepi!... Chepi!..."
3.- Y los errores se arreglaban diciendo... 'No vale, de nuevo... de nuevo...'
4.- Tener dinero significaba poder comprarte Frunas o Chizitos, LOS CARAMELOS EN FORMA DE PERITAS, en el recreo para ti y tus amigas...
5.- Jugar mundo ( COMO TEJA ..LA CASCARA DE PLATANO DE SEDA BIEN CHANCADITO..lo máximo) ó a las escondidas, podía mantenernos felizmente ocupadas durante toda una tarde..


6. Para ayudar a los amigos bastaba con un grito:
" Ampay me salvo con todos mis compañeros vivos o muertos!"
7.- El último en llegar es burro!...
Era lo único que nos hacía correr como locas hasta que el corazón se nos salía del pecho.
8.- Los globos de agua eran... la más moderna, poderosa y eficiente arma que jamás se había inventado, jugar a ""el mata gente'"..con una pelota y si te movias era mejor porque dolia..... cada tirada de pelota al cuerpo...hay que dolor
9.- Cuando sacarse un 20 era el mayor de los logros y ganarse un helado era... la mejor recompensa de los padres...en especial el helado de carretilla (conito amarillo chiquito)
10.- Y quitarle las rueditas pequeñas a la bici significaba un gran paso en tu vida....ponerle globos inflados en las ruedas, alucinabas que era una moto..
11.- Cuando el negocio del siglo era cambiar las figuritas repetidas por la que hacía tanto tiempo que buscabas...NO LA, YA LA
12.- Y el mayor stress en el mundo era el examen de Mateeeeee!!!
13.-Para llegar al colegio ó te ibas a pie con tu horrible uniforme plomo, ó te ibas en omnibus grande ( la 21, la 48...) no existian las combis, los ticos y NADIE TENIA MOVILIDAD ESCOLAR...
Todas estas simples cosas nos hacían felices, no necesitábamos nada más... TODO ERA POSIBLE EN NUESTRAS MENTES, LA ÚNICA LIMITACIÓN ERA SI PAPÁ Y MAMÁ DABAN PERMISO!!! JA, JA, JA


Las lágrimas que derramabas eran por un raspón en la rodilla, los pleitos con los amigos se olvidaban con el siguiente cumpleaños, la ropa no importaba (TOTAL TAN SOLO TE COMPRABAN EN DICIEMBRE....), la marca mucho menos, podíamos correr y correr y seguir corriendo sin perder el aliento..( TUS ZAPATOS TEDDY ó TUS ZAPATILLAS DE LONA BLANCA PARA EDUCACIÓN FISICA, eran inmortales)..........
NO había mayor placer que disfrutar a solas una barra de Sublime, TU HELADO DE HIELO HECHO EN CASA DE FRUTAS VERDADERAS QUE MUY ORIGINALES LLAMABAMOS LOS MARCIANOS.......


SI PUEDES RECORDAR LA MAYORÍA DE ESTAS COSAS Y HAS SONREÍDO... ENTONCES SIGNIFICA QUE HAS TENIDO UNA INFANCIA FELIZ Y QUE TODAVÍA QUEDA DENTRO DE TI ALGO DE LA NIÑA(O) QUE FUISTE NO HACE TANTO TIEMPO.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Adivinanzas para niños



Niños, aqui aprenderán unas adivinanzas  para jugar con los amigos:


Qué es, qué será,
que mientras mas cerca está menos se ve:
La oscuridad


En un rincón de la clase, dónde yo estoy colocada,
acudes con los papeles que no te sirven de nada.
La papelera


Cada año nazco gordito y cada año muero flaquito.
El calendario


¿Qué es lo que sube y baja y no se mueve?
La escalera


Todos pasan sobre mi, yo no paso sobre nadie,
todos preguntan por mi, yo no pregunto por nadie.
La Calle


El Que la hace, la hace cantando;
El que la compra, la compra llorando;
y el que la usa no la ve.
El feretro


Si lo ves, es invierno;
si lo guardas, pereces;
cada día lo tomas más de mil veces.
El aliento


Paso por el agua y no me mojo
paso por el fuego y no me quemo.
La sombra


Doce señoritas en un comedor,
con medias y cuartos y zapatos no.
El reloj


Existo cuando me guardan
y me muero cuando me sacan
El secreto


Chiquito como un ratón
y cuida la caza como un león.
El candado


Por un caminito va caminando un bicho,
y el nombre del bicho
ya te lo he dicho.
La vaca


Mi madre es tartamuda,
mi padre es cantaor,
tengo el vestido blanco y
amarillo el corazón.
El huevo


Tengo cadenas sin ser preso,
si me empujas voy y vengo,
en lo jardines y parques a muchos niños entretengo.
¿Quién soy?
El columpio



Fuente: Guiainfantil.com

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Las palomas también se enojan

Esto que les voy a contar sucedió en una mañana de invierno. Mi casa esta situada junto a un parque muy hermoso y me gusta mucho ver a los pájaros volar y cantar entre los árboles .

Un día observé que en la parte de afuera de mi ventana había un par de palomas haciendo su nido. Por el tamaño de ambas se notaba cual era la paloma y el palomo.
La paloma acomodaba sobre lo que seria su nido todas las ramas que le iba trayendo el palomo con su pico. Seguí mirando sin moverme para no espantarlas y en una de esas veo al palomo que regresa al nido trayendo una rama en su pico y la paloma la acomodó otra vez pero con tan mala suerte que la ramita se le cayó al vacío; para mi sorpresa, el palomo muy enojado por eso, le dio a su pareja unos picotazos muy fuertes en la cabeza , la paloma entonces dejó su nido y voló trayendo al poco rato la rama en su pico y la puso en su nido. ¡ Que espactáculo!.
Al día siguiente fui a ver a las palomas, pero para sorpresa mía, ya no había nada, ni nido ni palomas. ¿Qué habría pasado? no lo sé . Solo se que las palomas también se enojan con su pareja …. Y colorín colorado este relato ha terminado.
Escrito por Marialuz.



Tags: cuentos, niños, relatos, historias, palomas,

miércoles, 14 de julio de 2010

Cuentos pequeños pero muy graciosos para niños



el cuento del gallo pelao:


¿Quieres que te cuente el cuento del gallo pelao?.... bien pásate a este lao

¿ Quieres que te cuente el cuento del gallo pelao?... bien pásate a este lao


EN UN CHARCO HABIA UNA MOSCA


En un charco había una mosca

y con la mosca un mosquito

sino te has enterado

te lo cuento despacito.


En un charco había una mosca

y con la mosca un mosquito

si no te has enterado

te lo cuento mas bajito.


En un charco había una mosca

y con la mosca un mosquito

si no te has enterado

te lo cuento rapidito.


LA GATA QUE DABA LA LATA


Esta era una gata que daba la lata

te lo voy a repetir para hacerte reir.


Esta era una gata que daba la lata

te lo voy a repetir para hacerte reir


Esta era una gata que daba la lata

te lo voy a repetir para hacerte reir.



LAS TRES HIJAS


Este era un rey que tenia tres hijas

las metió en tres botijas

y las tapó con un pez

¿Quieres que te lo cuente otra vez?


JOSE SE LLAMABA EL PADRE


José se llamaba el padre

Josefa la mamá

y al hijo que tuvieron le pusieron

José se llamaba el padre

Josefa la mamá.....


EL CUENTO DE LA BUENA PIPA


-¿Quieres que te cuente el cuento de la buena pipa?

-SI-

-yo no te digo ni que si, ni que no,..¡yo solo te digo ¿ que

si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa=

BUENO

- Yo no te digo que bueno.yo solo te digo

¿que si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa?


( y asi sucesivamente)

miércoles, 23 de junio de 2010

Cuento infantil educativo: Las palabras mágicas


Mariana era una niña caprichosa y engreída. Creía tener derecho a todo lo que se le antojaba. Le perteneciera o no.
También creía ser la más hermosa, la más inteligente, la mejor de todas las niñas. Por esa razón pensaba que todos deseaban estar con ella, jugar con ella y pasar el tiempo con ella, y que debían estar sumamente agradecidos.
También podía contestar de mal modo sin pedir disculpas o burlarse de los demás sin medir las consecuencias. Como cuando uno de sus amigos se cayó y ella en lugar de ayudarlo se largó a reír.
Un hada que pasó justamente y vio lo que sucedía, decidió darle una lección. Mariana debería aprender las palabras mágicas. El hada tocó a sus amigos con su varita y ellos rápidamente se cansaron de su actitud veleidosa y pizpireta, y decidieron no salir más a la vereda. Se quedaron jugando detrás de la reja en el jardín de su casa.
Mariana salió y no los vio. Le llamó la atención que no pasaran a buscarla. Justo a ella que garantizaba la diversión y ahora tenía una nueva bicicleta color rosa tornasol.
-¡Qué tontos! Pensó. Y Salió a dar vueltas alrededor de la manzana.
Al pasar por la reja vio a todos sus amigos disfrutando bajo un árbol.
Entonces les dijo-¡Tengo una bicicleta nueva! Pero los amigos no la escucharon. Gritó más fuerte-¡Ey, Aquí estoy yo! pero los amigos parecían estar sordos.
Volvió preocupada a su casa, y le pidió a su mamá una muñeca nueva.-Quiero una muñeca Barbie vestida de playa. El Hada también tocó con su varita a sus padres.
-Pero si tienes veinte muñecas. Juega con esas. Respondió la madre.
-Ya te dije que quiero una vestida de playa.
-Pues no. Dijo la madre por primera vez, ya que nunca le había negado nada.
Mariana se pescó una rabieta, se tiró al piso pataleando y gritando. Pero su madre hizo oídos sordos hasta que se calmó.
Se encerró en su habitación a estudiar la lección para el día siguiente. La aprendió a la perfección para dejar a todos boquiabiertos.
Pero el Hada madrina, también sacudió su varita sobre la maestra y los compañeros.
Cuando llegó el momento de tomar la lección, la maestra pidió que levantaran las manos y Mariana la levantó rápidamente al grito de –¡Yo, yo, yo!
La maestra, parecía no verla ni escucharla. Todos los que levantaron la mano, dieron su lección, menos Mariana que se revolvía de rabia en su pupitre.
Volvió a su casa muy triste. Jamás le había pasado algo así. Y no sabía como hacer para revertir esta dificultad. Pensó y pensó sin encontrar la solución del problema que la afectaba.
Mientras dormía el Hada se le apareció en sus sueños y le enseñó la importancia de las palabras mágicas: ¨PERDÓN¨, ¨POR FAVOR¨ Y ¨GRACIAS¨.
Al día siguiente Mariana le pidió PERDON a su mamá por la rabieta y le dio las GRACIAS por la nueva bicicleta.
Fue a visitar a sus amigos y les pidió POR FAVOR que abrieran la reja para jugar con ellos, y sus amigos la dejaron pasar.Luego les dio las GRACIAS por invitarla. Luego le pidió PERDON a uno de sus amigos por haberse reído cuando se cayó dolorido en la vereda, Y él la perdonó.
En el colegio, pidió POR FAVOR que le permitieran dar su lección y la maestra la felicitó.
Y así la niña cambió de manera de ser , y se volvió una niña educada, querida por todos y nunca dejó de decir las palabras mágicas: PERDON, POR FAVOR, y GRACIAS
Y colorín colorado este cuento ha terminado.


Cuento de Bianca Otero

Tags: Cuentos infantiles, cuentos para niños, educativos,

miércoles, 16 de junio de 2010

Cuento para niños El hada fea


Había una vez una aprendiz de hada madrina, mágica y maravillosa, la más lista y amable de las hadas. Pero era también una hada muy fea, y por mucho que se esforzaba en mostrar sus muchas cualidades, parecía que todos estaban empeñados en que lo más importante de una hada tenía que ser su belleza. En la escuela de hadas no le hacían caso, y cada vez que volaba a una misión para ayudar a un niño o cualquier otra persona en apuros, antes de poder abrir la boca, ya la estaban chillando y gritando:
- ¡fea! ¡bicho!, ¡lárgate de aquí!.
Aunque pequeña, su magia era muy poderosa, y más de una vez había pensado hacer un encantamiento para volverse bella; pero luego pensaba en lo que le contaba su mamá de pequeña:

- tu eres como eres, con cada uno de tus granos y tus arrugas; y seguro que es así por alguna razón especial...

Pero un día, las brujas del país vecino arrasaron el país, haciendo prisioneras a todas las hadas y magos. Nuestra hada, poco antes de ser atacada, hechizó sus propios vestidos, y ayudada por su fea cara, se hizo pasar por bruja. Así, pudo seguirlas hasta su guarida, y una vez allí, con su magia preparó una gran fiesta para todas, adornando la cueva con murciélagos, sapos y arañas, y música de lobos aullando.
Durante la fiesta, corrió a liberar a todas las hadas y magos, que con un gran hechizo consiguieron encerrar a todas las brujas en la montaña durante los siguientes 100 años.
Y durante esos 100 años, y muchos más, todos recordaron la valentía y la inteligencia del hada fea. Nunca más se volvió a considerar en aquel país la fealdad una desgracia, y cada vez que nacía alguien feo, todos se llenaban de alegría sabiendo que tendría grandes cosas por hacer.


Autor.. Pedro Pablo Sacristan

miércoles, 9 de junio de 2010

Cuento para niños: "El palacio de la mentira"


Todos los duendes se dedicaban a construir dos palacios, el de la verdad y el de la mentira. Los ladrillos del palacio de la verdad se creaban cada vez que un niño decía una verdad, y los duendes de la verdad los utilizaban para hacer su castillo. Lo mismo ocurría en el otro palacio, donde los duendes de la mentira construían un palacio con los ladrillos que se creaban con cada nueva mentira. Ambos palacios eran impresionantes, los mejores del mundo, y los duendes competían duramente porque el suyo fuera el mejor.

Tanto, que los duendes de la mentira, mucho más tramposos y marrulleros, enviaron un grupo de duendes al mundo para conseguir que los niños dijeran más y más mentiras. Y como lo fueron consiguiendo, empezaron a tener muchos más ladrillos, y su palacio se fue haciendo más grande y espectacular. Pero un día, algo raro ocurrió en el palacio de la mentira: uno de los ladrillos se convirtió en una caja de papel. Poco después, otro ladrillo se convirtió en arena, y al rato otro más se hizo de cristal y se rompió. Y así, poco a poco, cada vez que se iban descubriendo las mentiras que habían creado aquellos ladrillos, éstos se transformaban y desaparecían, de modo que el palacio de la mentira se fue haciendo más y más débil, perdiendo más y más ladrillos, hasta que finalmente se desmoronó.

Y todos, incluidos los duendes mentirosos, comprendieron que no se pueden utilizar las mentiras para nada, porque nunca son lo que parecen y no se sabe en qué se convertirán.


Autor.. Pedro Pablo Sacristan



Tomado de: Cuentos para dormir

jueves, 20 de mayo de 2010

Cuento para niños: El árbol mágico


Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.

El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.

El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas


Autor: Pedro Pablo Sacristán


tomado de Cuentos para dormir

miércoles, 21 de abril de 2010

La disculpa de José


Una historia verdadera:

Una familia como hay muchas: un papá, una mamá y 4 hijos, el mayor de 7 años, el segundo de 5. el tercero de 4 y la última de 3.
Eran niños respetuosos y educados, pero de vez en cuando hacían alguna travesura.
Un día la mamá que siempre estaba con ellos tuvo que salir porque tenía que hacer una diligencia urgente y se vio obligada a dejar a los 4 niños con la empleada.
Los niños dijeron que se iban a portar bien sobre todo el mayor le dijo a su mama que no se preocupara que él iba a entretener a sus hermanos.
La mama se fue tranquila . Pero al regresar se encontró con un problema. La empleada estaba afuera en la calle, así que le preguntó que hacía allí y le dijo : “ al niño José se le ocurrió cocinar y ha desordenado totalmente la cocina, se ha portado muy mal, me gritó cuando le dije que no ensuciaran la cocina, cosa que no me hizo caso, me dijo que el mandaba allí y que me fuera de la casa, yo salí y cerró la puerta, no se que estarán haciendo.
Por supuesto eso no le gustó nada a la mamá, entró a la cocina en busca de José y vio que todo estaba en desorden. Habían querido hacer un bizcocho y los huevos y la harina estaban en el suelo, en fin todo una calamidad.
Lo buscó por todas partes pero no estaba en ningún lado, hasta que escuchó su voz que muy suavemente decía:
Aquí estoy mama”,…La mamá entró a su habitación y vio que José se había metido a la cama, tapado hasta las narices; el sabía que ese era su castigo cuando se portaba mal: ir a la cama. La mamá lo resondró y no se libró de un fuerte palmazo en las piernas.

Pasaron las horas y terminó el castigo, José se acercó a su mamá y le dijo muy suavemente:” mama te quiero agradecer” ¿Por qué? Le contestó su madre pensando que se había dado cuenta de su falta y quería disculparse, así que le dijo:” porque me quieres agradecer?”..Y sorprendida escuchó: “. Porque me has pegado justo en el grano que me estaba picando”.. Y colorin colorado esta historia ha terminado.
Escrito por Marialuz

lunes, 19 de abril de 2010

Cuento para niños: "Mirando por la Ventana"






MIRANDO POR LA VENTANA

Había una vez un niño que cayó muy enfermo. Tenía que estar todo el día en la cama sin poder moverse. Como además los niños no podían acercarse, sufría mucho por ello, y empezó a dejar pasar los días triste y decaido, mirando el cielo a través de la ventana.
Pasó algún tiempo, cada vez más desanimado, hasta que un día vio una extraña sombra en la ventana: era un pingüino comiendo un bocata de chorizo, que entró a la habitación, le dio las buenas tardes, y se fue. El niño quedó muy extrañado, y aún no sabía qué habría sido aquello, cuando vio aparecer por la misma ventana un mono en pañales inflando un globo. Al principio el niño se preguntaba qué sería aquello, pero al poco, mientras seguían apareciendo personajes locos por aquella extraña ventana, ya no podía dejar de reír, al ver un cerdo tocando la pandereta, un elefante saltando en cama elástica, o un perro con gafas que sólo hablaba de política ...
Aunque por si no le creían no se lo contó a nadie, aquellos personajes teminaron alegrando el espíritu y el cuerpo del niño, y en muy poco tiempo este mejoró notablemente y pudo volver al colegio.
Allí pudo hablar con todos sus amigos, contándoles las cosas tan raras que había visto. Entonces, mientras hablaba con su mejor amigo, vio asomar algo extraño en su mochila. Le preguntó qué era, y tanto le insistió, que finalmente pudo ver el contenido de la mochila:

¡¡allí estaban todos los disfraces que había utilizado su buen amigo para intentar alegrarle!!

Y desde entonces, nuestro niño nunca deja que nadie esté solo y sin sonreir un rato.

Autor: Pedro Pablo Sacristán




Via: Cuentos para dormir

jueves, 8 de abril de 2010

Cuento: El ladrón de pelos



Valeria era una niña muy preocupada por su papá. Desde hacía algún tiempo, había visto que se estaba quedando calvo, y que cada vez tenía menos pelo. Un día, se atrevió a preguntárselo:

- Papá, ¿por qué cada día tienes menos pelo?

Su papá le dijo sonriente:
- Es por el ladrón de pelos. Hay por esta zona un ladronzuelo chiquitito que visita mi cabeza por las noches cuando estoy dormido, y me quita todos los pelos que le da gana. ¡Y no hay forma de atraparlo!

Valeria se quedó preocupada, pero decidida a ayudar a su papá, aquella misma noche aguantó despierta tanto como pudo. Cuando oyó los primeros ronquidos de su padre, agarró una gran maza y se fue a la habitación de sus padres. Entró muy despacito, sin hacer ruido, para que el ladrón de pelos no pudiera sentirla, y cuando llegó junto a su papá, se quedó observando detenidamente su cabeza, decidida a atrapar al ladrón de pelos en cuanto apareciera. Al poco, vio una una sombra sobre la cabeza, y con todas las fuerzas que tenía, lanzó el porrazo más fuerte que pudo.

¡Menudo golpe! Su papá pegó un enorme grito y se levantó de un salto, con un enorme chichón en la cabeza y un buen susto en el cuerpo. Al encerder la luz, se encontró con Valeria de frente, con la mano en alto sujetando la maza, y diciendo:

- ¡casi lo tenía! papá. ¡Creo que le he dado, pero el ladrón de pelos se ha escapado!

Al oir eso, y ver al papá con la cabeza bien dolorida, la mamá comenzó a reirse:

- Eso te pasa por contarle tonterías a la niña - dijo divertida.

Y el padre de Valeria tuvo que explicarle que no existía ningún ladrón de pelos, y contarle la verdad de por qué se quedaba calvo. Y así, con la ayuda de un gran chichón en su cabeza, comprendió lo importante que era no engañar a los niños y contarles siempre la verdad. Y Valeria, que seguía preocupada por su papá, dejó de buscar ladrones de pelos, y le compró un bonito gorro de dormir.


Autor.. Pedro Pablo Sacristan
Cuentos para dormir

domingo, 28 de marzo de 2010

Las lenguas hechizadas (Por Pedro Pablo Sacristán)


Hubo una vez un brujo malvado que una noche robó mil lenguas en una ciudad, y después de aplicarles un hechizo para que sólo hablaran cosas malas de todo el mundo, se las devolvió a sus dueños sin que estos se dieran cuenta.
De este modo, en muy poco tiempo, en aquella ciudad sólo se hablaban cosas malas de todo el mundo: "que si este había hecho esto, que si aquel lo otro, que si este era un pesado y el otro un torpe", etc... y aquello sólo llevaba a que todos estuvieran enfadados con todos, para mayor alegría del brujo.
Al ver la situación , otro gran Mago decidió intervenir con sus mismas armas, haciendo un encantamiento sobre las orejas de todos. Las orejas cobraron vida, y cada vez que alguna de las lenguas empezaba sus críticas, ellas se cerraban fuertemente, impidiendo que la gente oyera. Así empezó la batalla terrible entre lenguas y orejas, unas criticando sin parar, y las otras haciéndose las sordas...
¿Quién ganó la batalla? Pues con el paso del tiempo, las lenguas hechizadas empezaron a sentirse inútiles: ¿para qué hablar si nadie les escuchaba?, y como eran lenguas, y preferían que las escuchasen, empezaron a cambiar lo que decían. Y cuando comprobaron que diciendo cosas buenas y bonitas de todo y de todos, volvían a escucharles, se llenaron de alegría y olvidaron para siempre su hechizo.
Y aún hoy el brujo malvado sigue hechizando lenguas por el mundo, pero gracias al mago ya todos saben que lo que único que hay que hacer para acabar con las críticas y los criticones, es cerrar las orejas, y no hacerles caso.

jueves, 4 de marzo de 2010

Video: A divertirse con el Pato Donald


A los niños les encanta las películas del Pato Donald, aqui les muestro un video que les gustará mucho.





Tags: Cuentos, historias para niños, video, pato Donald

martes, 23 de febrero de 2010

Cuento Infantil: José, el niño de la aldea





JOSE , EL NIÑO DE LA ALDEA

Había una vez, en una aldea pequeña, un niño que se llamaba José , era un niño obediente y bueno, ayudaba mucho a su mamá en todos los quehaceres de la casa, y no solamente eso sino que todos los días salía a trabajar vendiendo unos dulces que su mamá preparaba. El resto del día lo dedicaba a ayudar a los demás, sobre todo a los más pobres, a cuidar de los animales, y raras veces hacía nada para sí mismo .


Una tarde al regresar de vender los dulces, un malandrín lo estaba esperando escondido detrás de un árbol y sin pensarlo dos veces le quitó el poco dinero que llevaba de la venta y emprendió una veloz carrera. José trató de evitar el robo, pero nada pudo hacer. Muy triste se sentó en el camino y se puso a llorar ya no tendrían dinero para la comida del día siguiente.

Estando ya mas calmado se disponía a regresar a su casa cuando vio una moneda en el suelo que seguramente se había caído en el forcejeo , la recogió y se disponía a guardarla cuando pasó un niño muy pobre que pedía limosna y se la dio sin pensarlo dos veces. El niño, tenía su cuerpo cubierto de harapos pero se le veía feliz , era un ángel que le agradeció y le dijo: sé quien eres tú : te llamas José y vives con tu madre en la aldea vecina, he visto lo que te ha pasado y lo triste que estás, y como se como ayudas a tu madre, lo generoso que eres y todo lo que haces por los demás, te voy a premiar con algo muy valioso que se llama LA FELICIDAD . “Vivimos en un mundo en que no todas las buenas acciones son recompensadas pero de ahora en adelante tu serás una persona feliz, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y la enfermedad, no hay nada mas bello que eso. Te ganarás el cariño de todos y serás el orgullo de tu madre. "Toma estas monedas que he recolectado durante el dia y entrégaselas a tu madre.

El niño desde ese momento se sintió feliz, había empezado a conocer y a percibir el amor de los demás y ya no se sentíría triste nunca mas.

Pasó el tiempo y se convirtió en un joven guapo y bueno y se casó con una joven linda y buena también, y vivieron muy felices. Y colorin colorado este cuento ha terminado.
(Maria Luz Novoa)


cuento, infantil, niños, la felicidad,

jueves, 4 de febrero de 2010

Cuento: A miles de kilómetros de Alfredo Gómez Cerdá


A MILES DE KILOMETROS



José tenía doce años y trabajaba doce horas al día. No quería cumplir más años por si al patrón se le ocurría aumentarle también la jornada. A pesar de eso, era una suerte, pues solo los niños más afortunados de su barrio conseguían un trabajo, como él. El resto, vivía en la calle y de la calle. Un día, José se encontró un pequeño cofre de madera. Estaba muy viejo y su cerradura de hierro, roñosa. Desde luego, no servía para nada. Intentó abrirlo varias veces, pero no lo consiguió. La tapa parecía literalmente soldada al resto. Cansado de forcejear con él, lo guardó junto a sus pocas pertenencias, pensando que le serviría para hacer astillas con las que prender el fogón, y se echó a dormir.

A miles de kilómetros de donde José vivía, Santiago salió de un moderno edificio. Antes de entrar en el lujoso coche que le estaba esperando en la puerta, con el chofer haciéndole una reverencia, volvió la cabeza y sonrió satisfecho. Aquel edificio era la sede central de su empresa, que ya estaba extendida por todo el planeta. Por eso, Santiago era una de los hombres más ricos del mundo. Antes de entrar en el coche, junto al bordillo de la acera, vio algo que brillaba. Aunque no acostumbraba a hacerlo, se agachó y recogió un objeto. Ya en el coche, lo estuvo observando con detenimiento. Se trataba de una llave de oro. Se preguntó qué podría abrir aquella llave; sin duda, tendría que ser algo muy valioso. Pero como no encontraba una respuesta, se guardó aquella llave en el bolsillo de su americana, apoyó la cabeza en el respaldo mullido del asiento y se quedó dormido…

…Tenía un largo camino por delante de miles de kilómetros y necesitaba estar descansado. Su edad era también de doce años, al igual que José, pero sólo trabajaba dos horas escasas al día. Se dirigía hacia un pobre barrio, por motivos de trabajo. José se había enterado de que iba a visitar su barrio Santiago el consejero. Santiago era un niño rico, sin dificultades en la vida y del que decían que tenía respuesta a todo. Pero José no se creía esto último y, para demostrar que era un estafador, decidió preguntarle algo que nunca podría responder, así que cogió su cofre y se dirigió al edificio más moderno del barrio, la empresa de Santiago.

Santiago llegó a su lujoso despacho y se acomodó en el sillón. Sabía que en ese tipo de barrios tan lúgubres, los niños, andrajosos y sucios, entraban en su tienda pero no compraban nada, sino que le pedían consejo. Casi al caer la tarde llegó uno de esos niños con un viejo cofre en la mano. - ¿Puedes abrir esto?- Preguntó José sin andarse con rodeos. Santiago estuvo a punto de decirle que no pero, para sorpresa de José, se sacó una llave del bolsillo y la insertó en la cerradura. El pequeño cofre se abrió mostrando un espejito de oro, que reflejaba por las dos caras. José se miro en una y se vio todo despeinado, sucio y con la ropa echa jirones; Santiago se miró en la otra cara y se vio limpio, bien arreglado y con su chaqueta más cara. De repente, al estar los dos reflejados, José entendió el mundo de Santiago, que era más duro de lo que el pensaba y Santiago entendió a José, que era feliz a pesar de su pobreza. Y así, los dos se hicieron muy amigos, y los miles de kilómetros que les separaban se convirtieron en unos escasos centímetros".
Cuentos infantiles, niños,

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