domingo, 20 de marzo de 2011
Hermosa carta de un padre a su hijo
'Escucha, hijo: voy a decirte esto mientras duermes, una manecita metida bajo la mejilla y los rubios rizos pegados a tu frente humedecida. He entrado solo a tu cuarto. Hace unos minutos, mientras leía mi diario en la biblioteca, sentí una ola de remordimiento que me ahogaba. Culpable, vine junto a tu cama. Esto es lo que pensaba, hijo: me enojé contigo. Te regañé cuando te vestías para ir a la escuela, porque apenas te mojaste la cara con una toalla. Te regañé porque no te limpiaste los zapatos. Te grité porque dejaste caer algo al suelo. Durante el desayuno te regañé también. Volcaste las cosas. Tragaste la comida sin cuidado. Pusiste los codos sobre la mesa. Untaste demasiado el pan con mantequilla. Y cuando te ibas a jugar y yo salía a tomar el tren, te volviste y me saludaste con la mano y dijiste: " ¡Adiós, papito!" y yo fruncí el entrecejo y te respondí: "¡Ten erguidos los hombros!" Al caer la tarde todo empezó de nuevo. Al acercarme a casa te vi, de rodillas, jugando en la calle. Tenías agujeros en las medias. Te humillé ante tus amiguitos al hacerte marchar a casa delante de mí. Las medias son caras, y si tuvieras que comprarlas tú, serías más cuidadoso. Pensar, hijo, que un padre diga eso. ¿Recuerdas, más tarde, cuando yo leía en la biblioteca y entraste tímidamente, con una mirada de perseguido?
(...) Y luego te fuiste a dormir, con breves pasitos ruidosos por la escalera. Bien, hijo; poco después fue cuando se me cayó el diario de las manos y entró en mí un terrible temor. ¿Qué estaba haciendo de mí la costumbre? La costumbre de encontrar defectos, de reprender; esta era mi recompensa a ti por ser un niño. No era que yo no te amara; era que esperaba demasiado de ti. Y medía según la vara de mis años maduros. Y hay tanto de bueno y de bello y de recto en tu carácter. Ese corazoncito tuyo es grande como el sol que nace entre las colinas. Así lo demostraste con tu espontáneo impulso de correr a besarme esta noche. Nada más que eso importa esta noche, hijo.
He llegado hasta tu camita en la oscuridad, y me he arrodillado, lleno de vergüenza. Es una pobre explicación; sé que no comprenderías estas cosas si te las dijera cuando estás despierto. Pero mañana seré un verdadero papito. Seré tu compañero, y sufriré cuando sufras, y reiré cuando rías. Me morderé la lengua cuando esté por pronunciar palabras impacientes. No haré más que decirme, como si fuera un ritual: "No es más que un niño, un niño pequeñito". Temo haberte imaginado hombre. Pero al verte ahora, hijo, acurrucado, fatigado en tu camita, veo que eres un bebé todavía. Ayer estabas en los brazos de tu madre, con la cabeza en su hombro. He pedido demasiado, demasiado.''
W. Livingston Larned
Fuente. Lecturas para compartir
martes, 15 de marzo de 2011
Cuento sobre el amor filial: De sonrisa en sonrisa
Cuento que fomenta el amor filial
Una mañana, Patricia se despertó asustada por un sueño que había tenido. Soñó que a todas las personas que conocía se les había borrado la sonrisa. Estaba rodeada de gente muy triste, con caras alargadas, con el ceño fruncido, con rostros llenos de amargura, cosa que no le agradó nada.
Hasta su mamá, que era muy alegre y siempre tenía un chiste para compartir, sólo gritaba y mostraba mal humor. De igual manera su padre y hermano; por no hablar de la maestra, que tenía un rostro de estatua, y sus compañeros de clase, quienes ni con una broma reían. Esto angustió mucho a Patricia, ya que siempre pensaba que la sonrisa era la forma natural de comunicarse para entender al amigo, al hermano y a los padres. Esto lo pensaba debido a que sus mejores ratos los había vivido cuando todos los miembros de la familia se reían.
Pero llegó al punto de que el susto invadió todo su cuerpo y dijo:
"Menos mal que sólo fue un sueño", al momento en que su mamá llegó a la cama con el desayuno y una tremenda sonrisa, dándole un beso y diciéndole que el día hay que empezarlo feliz.
Cuento de Maén Puerta (Venezuela)
Una mañana, Patricia se despertó asustada por un sueño que había tenido. Soñó que a todas las personas que conocía se les había borrado la sonrisa. Estaba rodeada de gente muy triste, con caras alargadas, con el ceño fruncido, con rostros llenos de amargura, cosa que no le agradó nada.
Hasta su mamá, que era muy alegre y siempre tenía un chiste para compartir, sólo gritaba y mostraba mal humor. De igual manera su padre y hermano; por no hablar de la maestra, que tenía un rostro de estatua, y sus compañeros de clase, quienes ni con una broma reían. Esto angustió mucho a Patricia, ya que siempre pensaba que la sonrisa era la forma natural de comunicarse para entender al amigo, al hermano y a los padres. Esto lo pensaba debido a que sus mejores ratos los había vivido cuando todos los miembros de la familia se reían.
Pero llegó al punto de que el susto invadió todo su cuerpo y dijo:
"Menos mal que sólo fue un sueño", al momento en que su mamá llegó a la cama con el desayuno y una tremenda sonrisa, dándole un beso y diciéndole que el día hay que empezarlo feliz.
Cuento de Maén Puerta (Venezuela)
miércoles, 9 de marzo de 2011
Juegos infantiles para que los niños se entretengan en casa y tu puedas descansar
Parece difícil entretener a los niños sin salir de casa, pero hay muchas opciones. Estos juegos infantiles les encantará a los niños y tú podras descansar.
Una buena idea para que tus hijos se diviertan y tú no termines agotada consiste en turnarte con algunas vecinas que tengan hijos con edades similares a las de los tuyos y reunir a los niños cada tarde en una casa. Así todas podréis descansar algún día. A los que tienen entre 3 y 5 años les encantarán estas actividades.
PASARELA DE MODELOS
Mete en un baúl prendas viejas de ropa de toda la familia y muchos accesorios (collares, guantes, sombreros...). Diles que se lo vayan probando todo y hazles una sesión de fotos con los modelitos que se vayan poniendo.
TEATRO DE TÍTERES
Usa tres marionetas de mano (el malo, el bueno y la princesa) y un sofá tras el que esconderte. Inventa una historia sencilla y pon voz a los personajes. Poco a poco los niños se irán involucrando en la historia y cuando la princesa despistada les pregunte: "¿Habéis visto al malo?", ellos contestarán nerviosos: "¡Está detrás de ti!".
VUESTRA PELÍCULA
Invéntate un cuento corto, disfraza a los niños y proponles que lo escenifiquen mientras tú los grabas en vídeo. Luego les entusiasmará verse en la tele e incluso discutirán sobre quién será el protagonista del cuento siguiente.
SOMOS JARDINEROS
Coge un recipiente de plástico, mete una esponja y empápala de agua. Coloca encima granitos de maíz y deja el recipiente al lado de una ventana a la que dé el sol. Riega la esponja a menudo y en unos cuantos días (la próxima vez que los peques se reúnan en tu casa) saldrán brotes.
VAMOS DE PESCA
Con un palo, un hilo y un pequeño alambre doblado en forma de anzuelo, fabrica una caña para "pescar" los juguetes del suelo. Puedes hacer varias cañas, para que jueguen todos los niños a la vez o, si no son muchos, enseñarles a usar la caña por turnos.
UN ÁRBOL GENEALÓGICO
Buscad fotos de abuelos, tíos, primos y hermanos, coged una cartulina grande e id pegando las fotos por orden, poniendo debajo el nombre, el parentesco y alguna anécdota divertida. Colocad primero a los abuelos, luego a los padres y a los tíos, después los primos... y por último, la foto de cada niño protagonista, que será la más grande.
HORA DE IR A LA PELUQUERÍA
Una silla, una sábana, un espejo, un cepillo, unos rulos, unas redecillas para el pelo, horquillas, coleteros y unos cuantos collares de bisutería bastan para montar un salón de profesional.
ANDANDO COMO PINGÜIN0
Coge a un niño, coloca sus pies sobre los tuyos y ve andando despacito con él, a la vez que vas diciendo "plaf, plaf", como si fueras un pingüino. Ahora le toca el turno al niño siguiente.
GLOBOS QUE NO TOCAN EL SUELO
Infla varios globos, da uno a cada niño (de un color diferente, para que no le armen un lío) y explícales que tendrán que lanzarlo al aire e ir dándole golpecitos para que no toque el suelo. Pierde el que lo deje caer.
BUSCAR PAREJAS
Haz parejas de objetos y pon una muestra de cada una en el suelo para que los niños las observen. Mete las parejas en una bolsa opaca y pide a los pequeños, por turnos, que cojan un objeto del suelo y busquen su pareja palpando dentro de la bolsa, sin mirar.
Además de recurrir a todas estas actividades, no te olvides de que los juegos de mesa son una opción muy interesante para conseguir que los niños la pasen bien con la familia o los amigos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)