lunes, 14 de febrero de 2011

La historia del arbol de manzanas




Este era un enorme árbol de manzanas al cual un niño amaba mucho. Todos los días jugaba a su alrededor, trepaba hasta el tope, comía sus frutos y tomaba la siesta bajo su sombra. El árbol también lo quería mucho.
Pasó el tiempo, el niño creció y no volvió a jugar alrededor del árbol. Un día regresó y escuchó que este le decía con cierta tristeza: - ¿Vienes a jugar conmigo?
Pero el muchacho contestó: - Ya no soy el niño de antes que juega alrededor de los árboles. Ahora quiero tener juguetes, y necesito dinero para comprarlos.
- Lo siento -dijo el árbol-. No tengo dinero, pero te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas; así podrás comprar tus juguetes.
El muchacho tomó las manzanas, obtuvo el dinero y se sintió feliz. También el árbol fue feliz, pero el muchacho no volvió. Tiempo después, cuando regresó, el árbol le preguntó: - ¿Vienes a jugar conmigo?
- No tengo tiempo para jugar; debo trabajar para mi familia y necesito una casa para mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?
- Lo siento -repuso el árbol-. No tengo una casa, pero puedes cortar mis ramas y construir tu casa.
El hombre cortó todas las ramas del árbol, que se sintió feliz, y no volvió. Cierto día de un cálido verano, regresó. El árbol estaba encantado. - ¿Vienes a jugar conmigo? -le preguntó.
- Me siento triste, estoy volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar, ¿puedes dármelo?
El árbol contestó: - Usa mi tronco para construir uno; así podrás navegar y serás feliz.
El hombre cortó el tronco, construyó su bote y se fue a navegar por un largo tiempo. Regresó después de muchos años y el árbol le dijo:
- Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte, ni siquiera manzanas.
El hombre replicó: - No tengo dientes para morder ni fuerzas para escalar, ya estoy viejo.
Entonces el árbol, llorando, le dijo: - Realmente no puedo darte nada. Lo único que me queda son mis raíces muertas.
Y el hombre contestó: - No necesito mucho ahora, sólo un lugar para reposar. Estoy cansado después de tantos años...
- Bueno -dijo el árbol-, las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa.
El hombre se sentó junto al árbol y este, alegre y risueño, dejó caer algunas lágrimas.
Esta es la historia de cada uno de nosotros: el árbol son nuestros padres. De niños, los amamos y jugamos con ellos. Cuando crecemos los dejamos solos; regresamos a ellos cuando los necesitamos, o cuando estamos en problemas. No importa lo que sea, siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Usted puede pensar que el muchacho es cruel con el árbol, pero ¿no es así como tratamos a veces a nuestros padres?

jueves, 30 de diciembre de 2010

"¿Qué edad tienes abuela?

Una tarde un nieto estaba charlando con su abuela sobre los acontecimientos actuales.
Entonces, el niño preguntó:
¿Qué edad tienes abuela"?
La abuela respondió
Bueno, déjame pensar un minuto....

Nací antes de la televisión, las vacunas contra la polio,
las comidas congeladas, las fotocopiadoras, el fax,
los lentes de contacto, la píldora anticonceptiva y el freesbee.

No existían el radar, las tarjetas de crédito, el rayo láser,
los teléfonos celulares, o los patines en línea.

No se había inventado el aire acondicionado,
los hornos de microhondas, las lavavajillas, las secadoras,
y las prendas se ponian a secar al aire fresco,
se usaban batanes (molcajetes) y no licuadoras.

"Gay" era una palabra respetable en inglés
que significaba una persona contenta, alegre y no homosexual,
al que cariñosamente llamábamos "loca".
De lesbianas nunca habíamos oido hablar y ni los muchados usaban aretes.

Conocíamos la diferencia entre los sexos pero a nadie se le ocurría cambiar el suyo, nos conformábamos con el que teníamos

No había mujeres peluqueras, ni estéticas unsex, ni tampoco policia femenina.

SIDA no significaba nada, aids en inglés  era un ayudante de oficina.

No se hacían citas ni se concertaban matrimonios por computadora.

Tu abuelo y yo nos casamos y despues vivimos juntos
y en cada familia había un papa y una mamá.

El hombre todavía no había llegado a la luna
y no existían los aviones de propulsión a chorro para pasajeros.

No se hacían transplantes de corazón, se remendaban calcetines no corazones,y se destapaban caños no arterias.

Nací antes de la computadora, los virus provocaban viruelas,
más no desaparecian archivos.

"Chip" significaba un pedazo de madera
"hardware" era la ferretería y el software no existía.

No habían las dobles carreras universitarias, ni estrés, ni traumas prenatales, ni psicologos.

Se jugaba al trompo, a las canicas, no al nintendo.

Hasta que cumplí 25, llamé a cada policía y a cada hombre "señor" y a cada mujer "señora" o "señorita".

Tener una relación era llevarse bien con los primos o simplemente tener una amistad.

En mis tiempos, la virginidad no producía cáncer.

Nuestras vidas estaban gobernadas por los 10 mandamientos, el buen juicio
y el sentido común. Nos enseñaron a diferenciar entre el bien y el mal y a ser responsables de nuestros actos.

Creíamos que la comida rápida era lo que la gente comía cuando estaba apurada.

Hablando de máquinas, no existian los cajeros automáticos, las máquinas de helado en  las tiendas, los radioreloj despertador, para no hablar de los videos cassettes ni las filmadoras de video.

Si en algo decía: "Made in Japan" se le consideraba una porquería y no existía "Made in Korea" no "Made in Taiwan"

No se había oido de Pizza Hut, MacDonalds, ni de Fast food ni el video bar o discotecas.

La salsa era un condimento no se bailaba.

No había el café instantáneto ni los endulzantes artificiales.

Se podía comprar un Chevrolet Coupé nuevo por 600 dolares (Pero quién los tenía!)

Costaba 30 centavos el litro de gasolina y un solo auto era suficiente para toda la familia.

Había tiendas donde se compraban cosas por 5 y 10 centavos, los helados, las llamadas telefónicas, los pasajes de autobus y la pepsi, todo costaba 10 centavos.

En mi tiempo "hierba" era algo que se cortaba, no se fumaba, "coca" era una gaseosa y no se inhalaba y música de rock era lo que hacía la mecedora de la abuela.

Las conejitas eran simplemente unos animalitos y los escarabajos no eran volkswagens.

Fuimos la última generación que creyó que una señora necesitaba un marido para tener un hijo.

Ahora dime: ¿Cuántos años crees que tengo?

El chico respondió: " más de cien! ?





Autor: Anónimo

lunes, 27 de diciembre de 2010

Letra de canciones para niños




Tengo una muñeca

Tengo una muñeca
vestida de azul
con su camisita
y su canesú
la saqué a paseo
se me constipó
la tengo en la cama
con mucho dolor.
Esta mañanita
me dijo el doctor
que le dé jarabe
con un tenedor.
Esos son los besos
que te voy a dar
para que mejores
y puedas pasear
Dos y dos son cuatro,
cuatro y dos son seis,
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis.
Y ocho, veinticuatro
y ocho, treinta y dos.

Animas benditas,
me arrodillo yo.
Tengo una muñeca
vestida de azul,
zapatitos blancos
y gorro de tul,
la llevé a pasear
se me constipó,
la tengo en la cama
con un gran dolor.
Dos más dos son cuatro,
cuatro y dos son seis.
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis
y ocho veinticuatro
y ocho treinta y dos,
estas son las cuentas
que he sacado yo.


Que llueva, que llueva

Que llueva, que llueva,
la Virgen de la Cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan
que sí, que no,
que caiga un chaparrón
con azúcar y turrón,
que se rompan los cristales
de la estación
y los míos no
porque son de cartón

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