martes, 28 de enero de 2014

La tristeza de llegar a ser viejos








La vida moderna ha cambiado  mucho la manera de ser de las personas. Ojalá todo sea para bien pero en muchos casos no lo es .
Me refiero a algunos hijos mayores casados con padres ancianos.
 Debido a la competencia, a la mayor demanda de dinero, muchos de ellos trabajan más de la cuenta y ya no les da tiempo para atender o acordarse de sus padres ancianos, los visitan cuando pueden, no tienen tiempo para una llamada telefónica para preguntar como están, que necesitan.
Muchos padres ancianos   terminan siendo una carga para esos hijos, y son llevados a una Institución de caridad para que otros velen por ellos. Y a esos padres ancianos no les queda otra cosa que la resignación.
¿Es posible que estos “hijos”  no piensen que el tiempo pasa volando y que ellos también se harán viejos  y que  sentirán la misma tristeza de ver que ellos ya son un estorbo  para los hijos?.
¡Qué felices esos padres que tienen hijos que no piensan igual, que se preocupan por ellos, que los visitan, que los ayudan y los hacen sentir que no están solos.
 DIOS BENDIGA A ESOS BUENOS HIJOS.

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