EL LORO ENFERMO
En una casa una vez
varios ladrones entraron,
y de aquello que allí había
arreáronse con tanto,
que sólo un reloj muy viejo,
otros tres o cuatro trastos,
los cacharros de cocina,
el cesto y el mobiliario
y un loro muy delgaducho
en una jaula encerrado
en la desdichada casa
fué sólo lo que dejaron.
Ocultaron el botín
en varios y grandes sacos,
e iban a marcharse ya
por temor de ser hallados,
cuando díjoles el jefe
que los mandaba:
- Muchachos,
¿ no dejáis nada que valga?
-no- respondieron los cacos-
Es decir - apuntó uno,
allá dentro de ese cuarto
queda un loro en una jaula,
pero no vale un centavo,
¡tiene una cara muy fea!
Oyó el loro tal agravio
y como en la cuenta estaba,
sin duda, de que era guapo,
no pasó por lo de ser
su rostro tan desgraciado y contestó:
-¡Caracoles,
ten en cuenta que estoy malo
(Autor desconocido)
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