lunes, 19 de marzo de 2012

Cuento infantil dedicado a un papá querido



CUENTO INFANTIL

Sentado en mis rodillas, muellemente,
Todo entregado a mí, mi muchachito,
Dice en su media lengua: "Papaíto"
Cuéntame el cuento del guau-guau valiente".

-"Bien; escúchame, pues juiciosamente:
Hubo lejos, muy lejos, un perrito..."
"- No, ese no; yo quiero el del chiquito
Que se cayó una vez en una fuente".

"-¡Ah! ¡Muy bien!...! Cierta vez una señora
Muy buena, pero muy conservadora,
Que se llamaba, escucha bien,Filipa,
Se compró por dos pesos una lora...."

"-No- no quiero que me cuentes ese, ahora;
¡Cuéntame el cuento de la buena pipa!"

             Juan Manuel Jordán)

sábado, 17 de marzo de 2012

Semblanza por el dia del Padre




"Hay un período en el que los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos"
Es que los niños crecen independientemente de nosotros, como árboles susurrantes y pàjaros imprudentes. Crecen sin pedir permiso a la vida. Crecen con una estridencia alegre y, a veces, con una arrogancia jactanciosa.  Pero no crecen todos los días; crecen de repente.
Un día se sientan junto a tí y con una naturalidad increíble te dicen cualquier cosa que te indica que esa criatura de pañales, ya creció
¿Cuándo creció que no lo notaste? ¿Dónde quedaron las fiestas infantiles con globos y payasos? el niño crece en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.
Allí estamos nosotros, con los cabellos canos. Y esos son nuestros hijos, los que amamos a pesar de los golpes de la vida, de las escasas cosechas de paz, de malas noticias y la inflexibilidad del tiempo. Ellos crecieron amaestrados , observando y aprendiendo de nuestros errores y nuestros aciertos. Principalmente con los errores que esperamos no se repitan.
Hay un período en que los padres vamos quedando huérfanos de los hijos... Ya no los buscaremos más en las puertas de las discotecas o de los cines. Pasó el tiempo del piano, el fútbol, el ballet, la natación. Salieron del asiento de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.

jueves, 15 de marzo de 2012

Notas de la abuela: "Asamblea en la carpintería"




Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea...fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias... El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea  le notificó que tenía que renunciar...¿ la causa ? hacía demasiado ruido.
Y además, se pasaba el tiempo golpeando..El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo  que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.

Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás, y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.

En eso, entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble.

Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho y dijo: "Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabajó con nuestras cualidades. Eso es lo que  nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos. La Asamblea encontró  entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y a trabajar juntos. Ocurre lo mismo con los seres humanos

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