miércoles, 19 de noviembre de 2008

Cuentos para niños: El susto de Pepito

Habia una vez un niño que se llamaba Pepito, él era un niño feliz, le gustaba mucho jugar en el parque con sus hermanitos. Su mamá los llevaba con frecuencia, recomendándoles siempre de que no se alejaran sin permiso, pero Pepito era un poco desobediente y distraído.

Un día fueron muy temprano al parque y su mamá como siempre les recomendó no alejarse de ella. Pepito como era también muy curioso divisó una mariposa y se puso a ir detrás de ella, sin darse cuenta que cada vez se alejaba más y más de su familia.


Llegó un momento en que Pepito se alejó mucho y quiso regresar, pero se había perdido; caminó, caminó, pero en dirección equivocada. En eso divisó una casita a lo lejos muy bonita y se dirigió allá para pedir ayuda para encontrar a su mamá.

Tocó la puerta pero nadie contestó, tocó muchas veces y nadie contestaba, pero en eso se dió cuenta que la puerta estaba abierta y entró, Pepito no sabía donde se había metido. En eso sintió un portazo y la puerta se cerró y se encontró con una vieja de muy feo aspecto que le dijo: "Qué haces acá". Pepito le contó que se había perdido y que quería que lo ayude a encontrar a su mamá.

La vieja que no era otra que una bruja lo tomó de la mano y lo encerró en una jaula. Ella era muy mala, a los niños que encontraba solos los vendía a seres inescrupulosos, ese era su negocio. Pepito estaba en peligro.

Una vez que a Pepito lo metió en la jaula, la vieja lo encerró con llave y puso ésta en su bolsillo y se sentó junto a la jaula. Pasó el tiempo y la vieja se quedó dormida. Pepito estaba desesperado, pero, se le ocurrió estirar su mano lo mas que pudo y llegar al bolsillo de la bruja y sacar la llave. Así lo hizo, pero cuando ya iba a alcanzar la llave la vieja bruja se movió y Pepito no pudo hacerlo.

Esperó otro rato y volvió a intentarlo, esta vez tuvo suerte , alcanzó la llave y sin hacer ruido abrió la jaula y corrió hacia la puerta de la casa y antes de que la bruja se diera cuenta, él ya estaba a salvo. Corrió y corrió en dirección contraria llamando a su mamá, ésta al notar que Pepito no estaba también lo estaba buscando y fué asì que se encontraron.

Pepito abrazó a su mamá y despues de ese gran susto le prometió nunca mas alejarse de ella y obedecer sus recomendaciones, y ..... colorín colorado este cuento ha terminado.

(Maria Luz Novoa)




TAGS: cuentos infantiles, cuentos para niños, historias, relatos

viernes, 4 de julio de 2008

Cuentos infantiles: La gallina vieja


Hace muchos años, cuando el niño de este relato tenia 8 años, y lo llamaban Luchito, vivía en una casa que tenía una hermosa huerta, con muchos frutales y tambien muchos animalitos, que a él le gustaban mucho.


Un día le regalaron un hermoso pollito que con el correr del tiempo se convirtió en una gallina, pero sus compañeros de jaula no la querian y siempre peleaban con ella, tanto que la dejaron maltrecha, se le cayeron varias plumas, de un picotón la volvieron tuerta, cojeaba y era la gallina mas fea del corral; pero Luchito así la quería, y siempre el mismo le daba de comer y le puso de nombre :La Vieja.


Pasó el tiempo y un día estaba en la puerta de calle de su casa con sus padres y hermanos y pasó por la acera del frente una señora cargando en sus brazos a una gallina. Esta gallina era tan fea y maltrecha como su gallina. Luchito al ver pasar a la señora con su gallina en brazos, notó que la gallina era igualita a su querida gallina La Vieja, y grito:¡ papá, mamá! ¡Miren a esa gallina igualita a la Vieja. ! Por supuesto que la señora no sabia que en la casa de este niño había una gallina tan fea y se llamaba La Vieja.


La señora escuchó eso y pensó que lo decían por ella, que era igualita a la gallina, y con el ceño muy fruncido apuró el paso y no volvió a pasar nunca más por esa calle.


Y colorin colorado esta historia ha terminado. Escrito por Maria Luz Novoa

lunes, 9 de junio de 2008

Cuentos infantiles: ¡Sorpresa!


Esto no es un cuento, es verídico pasó hace mucho , mucho tiempo.
Cuando mis hijos eran pequeños, vivíamos en un lugar muy bonito, donde todos los días salía el sol y había mucha vegetación.
Un sábado por la mañana nos despertó un fuerte olor a humo; salimos a la calle y nos sorprendimos al ver que el cerco de ciprés de la casa vecina estaba ardiendo. Llamamos a los bomberos y éstos valientes hombres lo apagaron muy rápidamente antes de que se extendiera a nuestra casa.¡ Menudo susto!.
Al día siguiente , (domingo) fuimos como todas las semanas a oír Misa, y, esta vez me acompañó mi hijo mayor que acababa de hacer su primera comunión.
Oímos la misa , mi hijo José muy concentrado, y con mucha devoción rezaba en silencio.
Llegó el momento de la comunión, así que nos pusimos en la fila para comulgar, José iba delante de mi, y delante de él iban dos señoras mayores, que no paraban de conversar mientras caminaban para recibir la Hostia, En eso veo con sorpresa que José , empezó a pasarle la voz a la señora que estaba delante de él con pequeños golpecitos en la espalda, pero la señora ni caso, siguió hablando hasta llegar a comulgar. A mí por supuesto me dio una gran emoción , ver que mi hijo quería hacer callar a esas señoras pues no era propio que conversaran en esos momentos, y me llené de orgullo que un niño tan pequeñito tuviera ese gesto.
Siguió la ceremonia, y no dije nada. Cuando terminó la misa y salimos de la Iglesia, hablé de ese asunto con él, y le dije llena de emoción,” José que querías decirle a esas señoras que hablaban en un lugar inadecuado? “Ya sabía lo qué me iba a decir, pero mi sorpresa fue grande cuando me dijo:” mamá esas señoras estaban hablando del incendio de ayer y yo quería decirles que el incendio había sido al lado de la casa “…¡ Plaff ¡
Y colorín colorado esta historia ha terminado.- Escrito por Maria Luz Novoa

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