Había una vez una niña llamada Anita que estaba jugando tranquilamente con sus muñecas en su habitación cuando de repente vio una pequeña oruga que se movía muy lentamente, al borde de la ventana, se acercó para ver mejor y le llamó la atención sus colores y su cuerpo peludo , asi que decidió poner la oruga en un frasco y guardarla. Al llegar a la cocina, le preguntó a su padre como debía alimentar a su oruga y su padre le dijo que buscara unas hojas de plantas y que eso podría ser su alimento. La niña también hizo unos pequeños agujeros en la tapa para que no le faltara aire a su oruga
A la mañana siguiente, Alexia volvió a mirar a la oruga mientras se vestía para ir a la escuela. Al caer la tarde, se apresuró dejó su maletín y se apoyó en el frasco.
- Pero .no había nada!
La pequeña bestia parecía haber desaparecido mientras Alexia inspeccionaba cuidadosamente el frasco. Incluso lo agitó, pero no se encontró nada. Ella entonces se dio cuenta de que una cosa divertida aparecía en el frasco. Todo era blanco, muy raro .
Antes de dormirse, Alexia tenía el hábito de leer un libro en su cama acogedora. Esa noche, ella estaba menos concentrada en su lectura. a menudo miraba el frasco que lo tenia en su mesita de noche, pero no pasaba nada. Cuando llegó el momento, sus padres le desearon buenas noches y apagaron la luz.
Por la mañana, cuando Alexia abrió sus hermosos ojos, lo primero que hizo fue mirar el frasco. Y allí, oh sorpresa, descubrió una mariposa la cual revoloteada en el interior del frasco, asi que Alexia se apiadó de ella y abrió las persianas, la ventana de su habitación y, finalmente, el frasco. La mariposa con gracia saltó en el aire, hacia el jardín. Alexia se sintió feliz de haber conocido como nacía una mariposa. Y colorín colorado esta historia ha terminado
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