sábado, 4 de octubre de 2014

Cuento para niños: Ricitos de oro


Una tarde  Ricitos de Oro fue  al bosque y se puso a recoger flores. Cerca de allí había una cabaña muy linda, y como Ricitos de Oro era una niña muy curiosa, se acercó paso a paso hasta la puerta de la casita. Y empujó.
La puerta estaba abierta. Y vió una mesa.
Encima de la mesa había tres tazones con leche y miel. Uno, grande; otro, mediano; y otro, pequeñito. Ricitos de Oro tenía hambre y probó la leche del tazón mayor.
- ¡Uf! ¡Está muy caliente!
Luego probó del tazón mediano.
- ¡Uf! ¡Está muy caliente!
Después probó del tazón pequeñito y le supo tan rica que se la tomó toda, toda.
Había también en la casita tres sillas azules: una silla era grande, otra silla era mediana y otra silla era pequeñita. Ricitos de Oro fue a sentarse en la silla grande, pero ésta era muy alta. Luego fue a sentarse en la silla mediana, pero era muy ancha. Entonces se sentó en la silla pequeña, pero se dejó caer con tanta fuerza que la rompió.
Entró en un cuarto que tenía tres camas. Una era grande; otra era mediana; y otra, pequeñita.
La niña se acostó en la cama grande, pero la encontró muy dura. Luego se acostó en la cama mediana, pero también le pereció dura.
Después se acostó en la cama pequeña. Y ésta la encontró tan de su gusto, que Ricitos de Oro se quedó dormida.
Estando dormida Ricitos de Oro, llegaron los dueños de la casita, que era una familia de Osos, y venían de dar su diario paseo por el bosque mientras se enfriaba la leche.
Uno de los Osos era muy grande, y usaba sombrero, porque era el padre. Otro era mediano y usaba cofia, porque era la madre. El otro era un Osito pequeño y usaba gorrito: un gorrito pequeñín. El Oso grande gritó muy fuerte:
-¡Alguien ha probado mi leche!
El Oso mediano gruñó un poco menos fuerte:
-¡Alguien ha probado mi leche!
El Osito pequeño dijo llorando y con voz suave:
-¡Se han tomado toda mi leche!
Los tres Osos se miraron unos a otros y no sabían qué pensar. Pero el Osito pequeño lloraba tanto que su papá quiso distraerle. Para conseguirlo, le dijo que no hiciera caso, porque ahora iban a sentarse en las tres sillitas de color azul que tenían, una para cada uno.
Se levantaron de la mesa y fueron a la salita donde estaban las sillas.
¿Que ocurrió entonces?
El Oso grande grito muy fuerte:
-¡Alguien ha tocado mi silla!
El Oso mediano gruñó un poco menos fuerte:
-¡Alguien ha tocado mi silla!
El Osito pequeño dijo llorando con voz suave:
-¡Se han sentado en mi silla y la han roto!
Siguieron buscando por la casa y entraron en el cuarto de dormir. El Oso grande dijo:
-¡Alguien se ha acostado en mi cama!
El Oso mediano dijo:
-¡Alguien se ha acostado en mi cama!
Al mirar la cama pequeñita, vieron en ella a Ricitos de Oro, y el Osito pequeño dijo:
-¡Alguien está durmiendo en mi cama!
Se despertó entonces la niña, y al ver a los tres Osos tan enfadados, se asustó tanto que dio un brinco y salió de la cama.
Como estaba abierta una ventana de la casita, saltó por ella Ricitos de Oro, y corrió sin parar por el bosque hasta que encontró el camino de su casa.


Este cuento plantea un situación que puede aprovecharse a nivel educativo para mostrar a los niños la importancia del respeto a las cosas de los demás y a su intimidad


Autor:

Robert Southey

Autor:

Robert Southey

Autor:

Robert Southey

lunes, 15 de septiembre de 2014

Juegos antiguos que entretienen a los niños





Hay muchos juegos antiguos que si no se los enseñamos a los niños ahora y que tanto  estretuviero a  nuestros hijos cuando eran pequeños se perderán para siempre.  En esta época actual  se ve a los niños solo con los juegos modernos que hay en la computadora y con otros aparatos electrónicos que ni se sus nombres.
Antes era todo diferente , las niñas jugaban a la casita con sus muñecas, hacian sus casas y las adornaban como si fueran de verdad, alli vivian con sus muñecas y se visitaban con otras niñas que tambien hacian sus casitas. Otro juego que se ha ido perdiendo con el tiempo son los yases,  cómo se jugaba entonces, era uno de los juegos predilectos, ahora quise jugar con mis nietos y se aburriron enseguida. Otro  juego que habia era Pin pin San Agustin que consistía en sentar a los niños en hilera y con la mano tocar cada rodilla y decir: pin pin , San Agustin el hijo del rey pasó  por aca comiendo maní  a todos les dió menos a mi, la gallina pupujada puso huevos en la ramada puso uno, dos, tres etc.  para que salgas tú, y la piernas se iban doblando hasta que se quedaba alguien con una y era el que ganaba el juego  .¡ Juegos sencillos pero como entretenían!.


 Otro juego que hemos jugado siempre era el mundo un juego muy entretenido.Y así muchos juegos que poco a poco se han ido olvidando. Es una pena,
Yo no estoy en desacuerdo con el modernismo pero siento nostalgia por los tiempos antiguos donde todo era mas siemple y no había tanta maldad.

viernes, 8 de agosto de 2014

Una historia de la abuela cariñosa






Habia una vez una abuela que quería con locura a sus  nietos, eran nueve en total. Pero la tristeza que tenía la abuela es que los 9 no estaban con ella porque 5 de ellos vivían en el extranjero y ella no los podía ver sino de vez en cuando.
Cada uno tenia una manera de ser distinta, unos eran cariñosos, otros un poco  mas reservados pero de todas formas los quería igual a todos.
Un día recibió la noticia  que dos de ellos iban a venir a verla, la  abuela no sabía que hacer de tanta alegría, y quiso que los viajeros lo pasaran lo mejor posible .
Quería darles una sorpresa, decidió hacerles con sus propias manos algún regalito que les pudiera ser útil así que se le ocurrió confeccionarles unos juegos de sábanas que con todo esmero y prolijidad las hizo. Pero para esto no todo fue tan facil porque en pleno trabajo se le malogró la máquina de coser  y perdió tiempo en arreglarla y los días se acortaban en cuanto a la visita de sus nietos. Pero trabajando día y noche logró confeccionar  los juegos de sábanas que había planeado regalárselas a sus nietos.
Cuando ellos llegaron, a la abuelita se le paró el corazón por un momento de la alegría de verlos, ¡ como habían crecido! Estaban lindos y cariñosos, y cuando la abuelita los llevó a casa lo primero que hizo fue darles el regalo que con tanto esfuerzo había confeccionado. Ellos se lo agradecieron con un beso y les gustó mucho el regalo.
La abuelita pasó unos días maravillosos con sus nietos que no se le olvidarán jamás.
¡ Pero esto no es un cuento  ha sido una realidad !.

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